Galicia, Portugal, pero también la Bretaña francesa, Gales, Escocia o Irlanda son zonas donde tradicionalmente se ha mantenido un estilo de alimentación que hoy conocemos como dieta atlántica. La igual que la dieta mediterránea (ver aquí) o la nueva dieta nórdica (ver aquí), la dieta atlántica tiene beneficios para la salud, con efectos cardioprotectores, pero a su vez con elementos que incluyen un estilo de vida que va de la forma de cocinar a la actividad física. ¿En qué consiste la dieta atlántica?
¿Qué comer en la dieta atlántica?
Desde el año 2006, en el II Congreso Internacional de la Dieta Atlántica, se fijó un decálogo que recoge el estilo de alimentación que implica una dieta atlántica saludable, y del cual obtenemos cuáles son los alimentos característicos de la misma:
1.- Consumo de pescado y marisco entre tres y cuatro veces a la semana. Moluscos, crustáceos, pescados de mar y de río son la principal fuente proteica de la dieta atlántica y una de sus características distintivas, dada la fuente que implica justamente el océano que le da nombre. Ambos resultan fuentes ligeras de proteínas y a su vez, especialmente los pescados, son fuente de ácidos grasos cardioprotectores. Sin embargo, cabe mencionar aquí que el exceso de mariscos puede tener contraindicaciones para personas con colesterol alto.
2.- 50% de energía a través de hidratos de carbono complejos en forma de cereales, patatas y legumbres, estas últimas, a su vez, fuente de proteína vegetal.

3.- Abundante consumo de frutas y hortalizas. Entre las frutas de la dieta atlántica destacan especialmente las manzanas y los cítricos, y entre las hortalizas, especialmente verduras como repollos, berzas y guisantes, pero también productos de huerta como zanahorias, pimientos, cebollas o ajos.
4.- Consumo diario de lácteos como segunda de fuente de proteínas, pero también por las vitaminas y minerales que aportan y por sus propiedades probióticas y sus consecuente intervención en el equilibrio de la flora intestinal (ver aquí)
5.- Consumo moderado de carnes, preferentemente magras e integradas en platos de verduras y hortalizas, incluidos pucheros con patatas.
6.- Consumo preferente de aceite de oliva como ingrediente graso, sobre todo en aliños en crudo, debido a sus efectos cardioprotectores.
Estilo de vida asociado a la dieta atlántica
Los cuatro últimos puntos del decálogo de la dieta atlántica, más que a proporciones alimentarias, aluden a un estilo de vida que complementa la proporción de alimentos prioritarios y equilibra el conjunto de la alimentación atlántica:
7.- En cuanto a las bebidas, es preferente el agua, pero la dieta atlántica también contempla el consumo moderado de vino con alguna comida.

8.- La calidad de los alimentos de la dieta atlántica va acompañada de la sencillez en su preparación, que va especial y tradicionalmente del plato completo de puchero al horno (ver aquí cuáles son los métodos de cocción más saludables), y prima el mantenimiento de sabores y calidad nutritiva.
9.- El decálogo de la dieta atlántica también destaca el saber comer y disfrutar de ello manteniendo los hábitos tradicionales en la forma de comer, asociados a lo que hoy llamaríamos slow food (ver aquí qué es), vinculado a los productos de temporada y cercanía, pero también a una forma de comer sin prisas, en contraposición a al fast food (ver aquí qué es).
10.- No podía faltar en el decálogo de la dieta atlántica una referencia a la vida activa, y por lo tanto, a la necesidad de ejercicio diario (ver aquí los riesgos del sedentarismo).