Están buenos y su sabor induce al consumo, son accesibles, fáciles de conseguir y baratos en relación a otras bebidas; con ellos se bebe no sólo líquido, sino también una imagen de nosotros mismos creada a través del marketing y la publicidad: son los refrescos, en su mayoría gaseosos. Más que saciar la sed, los refrescos pueden inducir a la ingesta de líquidos como agua gracias al sabor, pero deben consumirse con mesura, ¿por qué?
El principal ingrediente de los refrescos: el azúcar

Los refrescos están compuestos básicamente de agua y azúcares refinados, más los agentes que les dan sabor y, en muchos casos, gas. Es el azúcar de estos líquidos es lo que, en exceso, puede generar mayores problemas para la salud, ya que el organismo la absorbe rápidamente, y si bien aporta energía, también provoca una subida en el nivel de glucosa en sangre, lo cual en exceso conlleva problemas de salud como la diabetes, además de contribuir a sobrepeso y obesidad, y enfermedades asociadas como el aumento de la presión en sangre.
A su vez, el azúcar de los refrescos debilita los dientes, pues erosiona el esmalte, y favorece la aparición de caries.
Por otra parte, los refrescos pueden ser bebidas muy ácidas (con pH de incluso 2,5, en una escala de 14 donde el 7 representa el equilibrio). Aunque la acidez quede oculta por el azúcar, puede favorecer problemas de acidez estomacal.
Los riesgos de los refrescos con cafeína
En el caso de refrescos de cola u otros que contengan cafeína o teína, cabe tener en cuenta que, en exceso, en lugar de contribuir a la hidratación, pueden generar el efecto contrario. Y es que la cafeína es diurética, con lo que al subir el volumen de orina, hace que aumente la pérdida de líquidos.
Refrescos light: ¿una alternativa?
Los refrescos light se componen de agua y edulcorantes autorizados, acalóricos o poco calóricos, en lugar de azúcar. En este sentido, no sólo pueden plantearse como una alternativa, sino que según ciertos estudios, inducen a consumir menos calorías con la comida, ayudando al mantenimiento de dietas, e incluso al consumo de menos postres.