El estado inflamatorio crónico, a menudo producido por obesidad, además de acelerar el envejecimiento, favorece problemas de salud que van desde aquellas asociadas a la obesidad (hipertensión -ver aquí su relación con la alimentación-, diabetes -ver aquí-…) o enfermedades coronarias, a depresión, ciertos tipos de cáncer… Las dietas antinflamatorias previenen precisamente esta inflamación y las enfermedades que conlleva. ¿En qué se basan?
La base de las dietas antinflamatorias

Alimentos altamente procesados, alimentos ricos en grasas saturadas y que por ello afectan a la flora intestinal, exceso de azúcares (simples o compuestos, como los carbohidratos)… Son alimentos que favorecen la inflamación. Esta se produce, entre otros factores, a raíz de una sobreporducción de insulina por parte del páncreas para tratar de eliminar el exceso de azúcar.
Por ello, las dietas antinflamatorias buscan, por un lado equilibrar el azúcar en sangre y, por otro, equilibrar el consumo de grasas, sobre todo entre los ácidos grasos omega-6 (de los que el cuerpo necesita una pequeña dosis) y los omega-3.
Tipo de alimentación de las dietas antiinflamatorias y alimentos antinflamatorios
Muchas dietas o programas de adelgazamiento tienen propiedades antiflamatorias (como la dieta Smart, la dieta Gift, y otras dietas de bajo índice glucémico, la dieta de la Zona, dietas hipocalóricas…). En general, las dietas con propiedades antiinflamatorias, contemplan estos puntos generales en la alimentación que proponen:
- Moderar el consumo de hidratos de carbono. En el caso de cereales, además, se propone optar por los integrales, ya que la fibra dietética que aportan favorece la flora intestinal, previniendo el estado inflamatorio.

- Aumentar la ingesta de frutas y verduras, sobre todo de bajo índice glucémico, para favorecer el equilibrio de azúcar en sangre.
- Asegurar el consumo adecuado de ácidos grasos omega-3, presentes en pescados azules, pescados grasos como el salmón, algunas nueces, linaza, aceite de oliva virgen extra (AOVE), etc.
- Optar, en la medida de lo posible, por carnes blancas y ecológicas, que se hayan alimentado más de pasto que de grano.
- Evitar los alimentos altamente procesados por su alto contenido en azúcares