Los alimentos funcionales son aquellos alimentos considerados beneficiosos para la salud, sobre todo por su carácter preventivo en ciertas enfermedades. El café es uno de ellos. ¿Quieres saber por qué? ¿Sabes la diferencia entre café natural y torrefacto?
Valor nutritivo del café
El café es una bebida fruto de las semillas de la planta del café. El café natural, por sí sólo, no contiene calorías y algunos otros tipos como el torrefacto, contiene muy pocas. A la vez, su índice glucémico es nulo, siempre que no se le añada azúcar y se tome solo.
El café como bebida es básicamente agua (99,4%), y del resto de sus componentes destacan la cafeína (40mg por cada 100gr) y el ácido clorogénico.

La cafeína (también presente en otras bebidas como té, chocolate, etc) es una sustancia amarga que estimula el sistema nervioso, alivia la fatiga, mejora la concentración y tiene efectos diuréticos. Sin embargo, en exceso puede favorecer la hipertensión, ardores de estómago e incluso tener efectos laxantes.
El ácido clorogénico es una de las sustancias que da al grano de café sus propiedades antioxidantes y, a su vez, estimula las células del páncreas, encargado de metabolizar la glucosa, por lo que el café disminuye el riesgo de padecer diabetes. Pero es que el café tiene más de mil componentes químicos (muchos de los cuales se pierden en el proceso de tostado, como los hidratos de carbono), y de entre los que se mantienen, algunos de los que están dentro de las sustancias antioxidantes del café como los polifenosles, poseen propiedades anticancerígenas, al igual que otros elementos del café como el cafestol, el kawheol y los terpenos.
A nivel nutritivo, el café contiene vitamina E, vitaminas del grupo B, y en cuanto a los minerales, destaca especialmente su contenido en potasio, además de contener magnesio, fósforo, calcio o sodio, entre otros.
Diferencias entre café natural y café torrefacto: ¿cuál es mejor?
Según la variedad de la planta existen dos tipos de café básicos, árabica y robusta. Pero según al elaboración, también varía la composición del mismo.
Para elaborar el café, los granos previamente se tuestan, con lo que se consigue desarrollar su aroma y su sabor. Para ello, se someten a temperaturas que oscilan entre los 190 y los 220ºC, un máximo de 15 minutos. La diferencia entre el café natural y el torrefacto es que este último se tuesta añadiendo un máximo de un 15% de azúcar, de modo que al rondar los 200ºC, este se carameliza y se adhiere a los granos de café.
Excelente informaciøn.Felicitaciones!! Y muchas gracias por vuestra ayuda.
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