Comemos a diario, por necesidad biológica y como acto social y cultural que, a menudo, nos hace olvidar cuánto repercute la alimentación en nuestro estado físico y psíquico. Si bien una mala alimentación que conduzca a la obesidad presenta a largo plazo enfermedades de diversos tipos, las dietas milagrosas también generan riesgos.
El objetivo de las dietas milagro
Las dietas de adelgazamiento de las consideradas milagrosas cumplen con su objetivo principal, la pérdida rápida de peso. Sin embargo, en general están basadas en fundamentos alimenticios y nutritivos erróneos, y pueden generar deficiencias de salud cuyo problema principal es que los síntomas no aparecen de forma inmediata, sino gradual.
Algunos riesgos de ciertas dietas: el efecto rebote

Las dietas milagrosas para adelgazar suelen basarse en la restricción de ciertos alimentos, y en consecuencia, de ciertos nutrientes, lo cual acostumbra al organismo a vivir con comida y energía insuficientes. Además del efecto rebote asociado a las dietas milagro (la recuperación rápida de más peso del que se ha perdido), en función de la restricción, las consecuencias son unas u otras.
Así, por ejemplo, las dietas bajas en carbohidratos implican falta de energía (con sus consecuentes síntomas), a la par que provoca falta de minerales y vitaminas. Además, aunque se pierde peso rápidamente, la mayoría es agua. Puede haber dietas hipocalóricas, dietas de proteínas líquidas o dietas de suplemento del ayuno en las que la ingesta de calorías es de entre 500 y 800 por día. Y eso implica náuseas, vómitos, estreñimiento, fatiga e irregularidades coronarias. Y como dieta extrema, la dieta del ayuno, si este se prolonga demasiado, lleva al cuerpo a acostumbrarse y empieza a administrarse por sí mismo la energía de la que dispone, por lo que el proceso de adelgazamiento se relentiza y pierde eficacia.
La solución: dietas personalizadas
El hecho es que el cuerpo de cada persona, sus hábitos de vida, etc. hacen que cada una necesite unos nutrientes diferentes, aportados por diversos alimentos. Es por ello que no se debe seguir una dieta que lleve a un adelgazamiento drástico sin recomendación médica, ya que el profesional de la salud debe conocer las características de cada organismo y el contexto vital de la persona para recomendar al paciente la alimentación más adecuada para su salud, con un equilibrio nutritivo que permita adelgazar paulatinamente, sin deficiencias para la salud.