Sobrepeso y obesidad implican una grasa corporal (y su consecuente aumento de peso) por encima de lo que corresponde al individuo en función de su estatura, sexo y edad. Pero estar delgado o dentro del peso ideal no implica hacer desaparecer toda la grasa corporal, ya que esta juega un papel esencial en nuestro organismo.
¿Por qué la grasa corporal es necesaria para nuestro organismo?

A nivel esencial, la grasa corporal es necesaria, no sólo porque representa una reserva energética, sino también porque:
- protege los órganos internos, recubre los nervios y es parte de todas las células del cuerpo;
- regula la temperatura corporal;
- almacena vitaminas;
- interviene en la modulación metabólica del organismo, sintetizando hormonas y otras sustancias.
Por ello, es necesario mantener un porcentaje de grasa corporal adecuado, en relación a la llamada masa libre de grasa (músculos, huesos, órganos y agua).
¿Cómo medir el porcentaje de grasa corporal?
Existen tecnologías especializadas (como la Dexa) que resultan fiables, pero a menudo caras y poco accesibles. Por otro lado, a nivel médico, existen básculas que permiten elaborar este cálculo.
Pero el sistema más empleado es el Índice de Masa Corporal (IMC). Este permite una aproximación, más que un cálculo exacto, ya que en líneas generales, a mayor peso, más porcentaje de grasa corporal. Sin embargo, y a pesar de ser un indicativo fiable, no necesariamente es infalible, ya que una persona con poca masa muscular y una vida sedentaria puede presentar un IMC normal, pero en realidad con un porcentaje de grasa corporal alto que, en consecuencia, le expone a los riesgos para la salud que implica el exceso de grasa corporal.