Originaria del Asia central, existen referencias de la cebolla en el área mediterránea de la zona de Egipto anteriores al año 3.000 a.C., aunque su entrada en Europa parece que se debe a los antiguos romanos. Con un variado uso en cocina, es diurética y depurativa, entre otras propiedades. ¿Qué más nos aporta?
Calorías e índice glucémico de las cebollas
La cebolla, ampliamente extendida en la cocina tanto en crudo como cocinada, se considera una hortaliza de la cual se consume el bulbo. Formada en un 89% por agua, su aporte calórico por 100gr no llega a las 40ckal, y su índice glicémico es bajo (15).
Cebolla, para una buena digestión: valor nutricional y propiedades

A nivel de nutrientes, por cada 100gr, aporta un 5,3gr de hidratos de carbono y un 1,1gr de proteínas. En cuanto a minerales, su contenido en potasio es alto (170mg por cada 100gr, y en menor medida, calcio, magnesio y hierro, entre otros. Su principal vitamina es la C (7mg por cada 100gr) y en cantidades menores, vitamina E y vitaminas del grupo B (B1, B3, B6 Y B9).
Aunque no es estrictamente un nutriente, la cebolla también aporta fibra (2,1gr por cada 100gr), al cual genera sensación de saciedad y mejora el tránsito intestinal.
Y es que además de favorecer una mejora del tránsito intestinal, la cebolla también favorece la digestión, pues estimula el hígado, la vesícula y el páncreas. Esto último también hace recomendable su ingestión para personas con diabetes (ver aquí dieta para personas con diabetes), pues contribuye a reducir las tasas de azúcar en sangre.
Además, la cebolla también disuelve el ácido úrico (responsable de la gota), tiene propiedades antibióticas, es diurética, cardioprotectora, mejora la circulación, y al ser ricas en antioxidantes, es depurativa y tonificante.