Cultivado ya en el antiguo Egipto, el melón es una de las frutas estrella del verano gracias a su poder hidratante. Pero ¿qué más nos aporta?
Calorías e índice glucémico del melón

De forma redondeada a ovalada, existen muchas variedades de melones, con pulpas y pieles que van del verde al anaranjado, pasando por diversos tonos de amarillo, y tamaños que oscilan de los 4kg a menos de un kilo. Pero siempre se caracterizan por una cosa esencial: el alto contenido en agua del melón, que llega al 85%. Esto lo convierte en una fruta muy ligera, de modo 100gr de su pulpa aportan entre 33 y 35 kcal.
Además del agua, el principal nutriente del melón son los glúcidos (8g por cada 100g de pulpa), lo que lo convierte en una fruta con un índice glucémico alto, que oscila entre 60 y 65 (ver aquí qué es índice glucémico). Sin embargo, cabe señalar que la carga glucémica del melón es baja (ver aquí que es la carga glucémica), oscilando entre 4,8 y 5,8 según la variedad.
Valor nutricional y propiedades del melón
Aparte de glúcidos, su principal nutriente, el melón es bajo en proteínas y grasas (0,8 y 0,2g respectivamente por cada cien gramos de pulpa), además de fibra (0,9g por cada 100g de pulpa). Pero como la mayoría de las frutas, el melón destaca por su aporte en vitaminas, especialmente vitamina B9, vitamina C y betacarotenos, que el organismo transforma en vitamina A. Estas dos últimas dan propiedades antioxidantes al melón.
En cuanto a minerales, el melón aporta, entre otros, fósforo, calcio o magnesio, pero destaca especialmente por el potasio. Y este le confiere sus propiedades diuréticas (ver aquí las ocho frutas más diuréticas y depurativas), lo cual, junto a al poder saciante e hidratante del melón más su baja carga calórica lo hacen protagonista de su propia dieta detox (ver aquí la dieta del melón).