Es recomendable que una persona beba 2 litros de agua diarios, cantidad que se debe aumentar si hace mucho calor o se hace ejercicio. A su vez, las personas con sobrepeso necesitan beber más, siendo recomendable un vaso más por cada 12Kg. Hidratarse bien no sólo ayuda a mantener el peso, sino también a perderlo, ¿por qué?
El agua ayuda a metabolizar las grasas

Si bien es el hígado el que se encarga de ello, cuando bebemos poca agua, los riñones no pueden asumir todas sus funciones y mandan parte de las mismas al hígado. Así, este órgano no puede dedicarse de igual modo a metabolizar grasas para convertirlas en energía, con lo que estas se acumulan, a menudo en barriga o caderas. Por ello, si bebemos agua y mantenemos los riñones al 100% de funcionamiento, dejamos al hígado vía libre para cumplir con sus funciones.
El agua evita la retención de líquidos
La retención de líquidos se produce porque el cuerpo los acumula como reserva ante el temor de deshidratarse. Al beber agua, evitamos esta reacción de nuestro organismo y por lo tanto, se retienen menos líquidos.
El agua ayuda a eliminar toxinas
En el caso de estar perdiendo peso, mayor es la cantidad de toxinas a eliminar, por lo que beber agua resulta esencial.
El agua disminuye el apetito y contribuye a generar sensación de saciedad
Dos vasos de agua 15 minutos antes de las comidas ayudan a generar esta sensación de saciedad (ver aquí cómo reconocer la sensación de saciedad).