La dieta global (ver aquí en qué consiste) estimula el consumo de carne, y hasta parece que una comida principal sin carne no es comida. Y, si bien es cierto que todos los alimentos en su justa medida contribuyen a una alimentación equilibrada, nos hallamos ante un consumo cárnico excesivo. Así que, ¿cuánta carne hay que comer por semana? ¿y qué tipo de carne?
Raciones de carne semanales que se pueden comer
Las carnes nos aportan principalmente proteínas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) un consumo máximo de 0,8g de proteína por cada kilo de peso de la persona que las ingiere (ver aquí). Y partimos de la base de que una ración de carne sería entorno a los 100g como mucho (ver aquí cuánto es una ración de cada alimento), y que por cada 100g, muchas carnes (cerdo, pollo, ternera, cordero, etc.) nos aportan entorno a unos 20g de proteínas.
Si bien según la pirámide para una alimentación equilibrada (ver aquí), las proteínas deben consumirse a diario, pero las carnes no son la única fuente de proteínas (ver aquí). Por ello, la recomendación es consumir entre 3 y 4 raciones de carne a la semana (400g a lo sumo a la semana). Y de esas raciones, la mayoría serían carnes blancas, como pollo, pavo, conejo o ciertas partes del cerdo como el lomo, por ejemplo. Mientras que las carnes rojas, como ternera o cordero, deberían limitarse a una vez cada quince días o, a lo sumo, una vez a la semana (ver aquí diferencias entre carnes blancas y carnes rojas).
Cuando hablamos de raciones de carne nos referimos a carne no procesada, dejando fuera carnes que pasan por tratamientos industriales, desde embutidos (ver aquí) a salchichas, hamburguesas, etc. Este tipo de carnes, directamente se deberían evitar o ser de consumo muy puntual, ya que el procesamiento conlleva una variación en el aporte nutricional originario de la carne y la adición de ingredientes, sobre todo grasas, y en función del procesamiento, azúcares (ver aquí desventajas nutritivas de los alimentos procesados).