La sal es un condimento formado esencialmente por cloruro de sodio que, además de aportar un sabor salado, administrada en las dosis idóneas, refuerza los aromas y sabores de los platos cocinados. Pero en exceso puede producir problemas para la salud.
Sal, un condimento con propiedades funcionales para el organismo
Aunque formada esencialmente por cloruro de sodio, generalmente la sal suele presentar trazas de oligoelementos (necesario para el organismo en pequeñas dosis, como minerales como yodo, flúor, manganeso, etc.) o bien se le pueden añadir, con lo cual ejerce como alimento funcional, por sus capacidades preventivas para la salud (ya que, por ejemplo, el flúor previene la caries) -ver aquí qué son los alimentos funcionales.
La sal no tiene ninguna carga calórica y su índice glicémico es nulo Sin embargo, hay que tener cuidado en su uso.
¿Cuánta sal tomar se puede tomar al día?
El sodio es útil y necesario para mantener la presión de la sangre. Sin embargo, su dosis recomendada es de unos 3gr diarios (aunque en condiciones de mucho calor o situaciones de alta transpiración puede ascender a los 6gr), ya que el exceso de sal está ligado a problemas de hipertensión y deficiencias renales.
El problema básico con el control del consumo de las dosis de sal es equiparable al del azúcar, ya que muchos alimentos procesados contienen sal, como los quesos, las mantequillas, etc. e incluso altas dosis de sal (como las patatas fritas u otros snacks). Además, algunos alimentos de forma natural contienen sal, como las carnes rojas entre sus fibras. Por ello, a pesar de que la sal es necesaria para una buena alimentación, muchos especialistas recomiendan una alimentación en la que no se añada prácticamente sal a las recetas.
Propiedades nutricionales de condimentos
