Las castañas son un fruto seco con unas características nutricionales muy particulares respecto al resto de frutos secos (ver aquí). Al contario de lo que se piensa, son más ligeras que el resto de alimentos de su grupo. Veamos por qué.
Calorías e índice glucémico de las castañas
Los frutos secos son llamados así porque no suelen alcanzar el 50% de agua en su composición. Pero la excepción son las castañas, que contienen alrededor del 52% de agua en su composición. A partir de aquí, a diferencia del resto de frutos secos, las castañas son bajas en grasas (alrededor del 2%, lejos del entre 50 y 60% de almendras o avellanas, por ejemplo -ver aquí). Esto las convierte en un fruto seco más ligero en lo que se refiere a las calorías que aporta: algo más de 200Kcal por cada 100gr de castañas.
En cambio, el índice glucémico de las castañas, a diferencia del resto de frutos secos, es alto (60), y esto se debe a su contenido en carbohidratos.
Valor nutricional y propiedades de las castañas
Y es que si la mayoría de frutos secos se caracterizan porque el macronutriente que más contienen son los ácidos grasos, la castaña destaca porque su macronutriente más destacado son los hidratos de carbono (por encima del 40%). Pero estos son carbohidratos o glúcidos complejos (ver aquí), por lo tanto, de absorción lenta, lo cual las hace un alimento energético y saciante. Así que es interesante incorporar castañas a tu alimentación en la proporción equilibrada: una ración adecuada de castañas sería alrededor de los 50gr de las mismas (entre 3 y 4 castañas).
Las castañas también resultan saciantes gracias a su aporte en fibra (alrededor del 5%), y es más baja en proteínas que el resto de frutos secos (alrededor del 2%).
Siendo un alimento otoñal, las castañas nos preparan para el frío a través de su aporte en vitamina C, pero también destacan por sus aportes en vitaminas del grupo B. Y además, en cuanto a minerales destacan especialmente por sus aportes en potasio y hierro.