Sin gluten, sin azúcares o sin azúcares añadidos, sin grasa… ¿Cuántos “sin” puedes encontrar en el supermercado? Esta etiqueta se usa como reclamo publicitario que asociamos a productos más sanos, pero la realidad puede ser muy diferente. ¿Quieres saber por qué?
Utraprocesados sin gluten, los mimos riesgos que todos los alimentos ultraporcesados

El gluten es una proteína del trigo y otros cereales (ver aquí) a la que ciertas personas pueden tener intolerancia o a las que les genera una actividad en el sistema inmunitario que daña el revestimiento del intestino delgado (enfermedad celíaca). Es por ello que el mercado empezó a desarrollar productos sin gluten.
Y aunque sin intolerancia al gluten, celiaquía o alergia al trigo, el gluten no es más que una proteína que no daña al organismo, al contrario, dentro de las estrategias de márqueting se ha desarrollado la asociación de alimentación sin gluten a alimentación más sana, lo cual ha aumentado exponencialmente la presencia de productos sin gluten en los supermercados.
Sin embargo, cuando no llevan gluten, no debemos obviar el etiquetado de ingredientes, ya que diversos estudios han demostrado que muchos artículos sin gluten llevan más azúcares para potenciar el sabor, e incluso más grasas saturadas (como aceites de palma o coco -ver aquí) y sal, con lo cual, no son productos más sanos.
De sin azúcar añadido a sin azúcar: diferencias

Encontramos otra serie de productos que buscan atraernos bajo el lema “sin azúcares añadidos”. Eso simplemente indica que no se ha añadido ningún sacarido, es decir, ningún azúcar más al que el producto ya conlleva. El caso paradigmático probablemente sea el de los zumos (ver aquí). En estos casos, aún sin azúcares añadidos, pueden contener una alta cantidad en azúcar procedente de la propia fruta, y será superior a una pieza de la misma fresca, ya que un zumo normalmente se hace con más de una fruta.
Cuando nos dicen que tienen bajo contenido en azúcar, estamos ante productos alimenticios que no contienen más de 5 gramos de azúcar por cada 100g en el caso de sólidos, y no más de 2’5g por cada 100ml en el caso de líquidos. Y cuando nos indican que el producto es “sin azúcar”, es que no sobrepasa los 0,5g de azúcares por cada 100g. Realmente son bajos en azúcares, pero azúcar contienen.
Y sobre los productos sin grasa, algo de grasa llevan
Ya habrás deducido que pueden contener algo de grasa. Por ejemplo, una pechuga de pavo cocida puede contener alrededor de 3g de grasa por cada 100g. Pero el problema no es ese, sino que en realidad estamos ante el entorno de un 50% de carne de pavo, y el resto son almidones y azúcares. O sea que nutritivamente será bajo o “sin” grasa pero con otros ingredientes que ayudan a dar sabor y textura.

Algo parecido sucede con otros productos alimenticios “sin”, como los yogures 0% grasa. A estos le eliminan la grasa de la leche, pero para mejorar su sabor cada unidad puede llegar a contener un 8% de azúcar.
Por lo tanto, los productos “sin” no son necesariamente más sanos. Lo importante es leer el etiquetado y buscar aquellos que menos ingredientes contienen, y en todo caso, siempre que se pueda, optar por alimentos frescos con el menor procesado posible (ver aquí ¿los alimentos procesados son saludables?)