Tomar un aperitivo de vez en cuando no es lo que engorda, sino picar de manera habitual. Además, suele ser picar ingiriendo alimentos de alto valor calórico. Son esas patatitas fritas, ese pedacito de pan, las tapitas de las terrazas… Pero esto no necesariamente elimina el hambre ni hace que se coma menos con la toma principal. Por lo tanto, ¿qué hacer para vencer la tentación de picar?
Cómo eludir la tentación de picar
El deseo de picar, más relacionado con el hambre emocional que con el hambre física, está vinculado a estrés, ansiedad y sentimientos negativos (frustración, tristeza, etc.). Por ello, si ante la incorporación de hábitos saludables que ayudan a controlar el apetito aún se siente el deseo de picar, la idea es combatirlo con elementos que ayuden a generar saciedad y relajación.
Así, se puede beber un vaso de agua antes de caer en la tentación de picar. ¿Por qué? Entre otros muchos aportes positivos del agua para adelgazar (ver aquí), uno es el de disminuir el apetito, contribuyendo a generar sensación de saciedad. De hecho, dos vasos de agua 15 minutos antes de las comidas ayudan a generar esta sensación.
Si tras 10 minutos de haber bebido agua se mantiene el deseo de picar, antes de lanzarnos a comer algo se puede probar con estrategias de relajación. ¿Cuáles? Desde charlar con alguien a dar un paseo, hacer ejercicio (ver aquí) o darse un baño relajante. Con ello, además, se desvía la atención de la sensación de apetito o hambre emocional (ver aquí qué es), y dado que no responde a la sensación fisiológica de hambre, se puede llegar a vencer la tentación del picoteo.
¿Qué picar de forma sana?
Aun así, puede ser que persista el deseo de picar. En ese caso, la idea es optar por ciertas posibilidades de bajo nivel calórico. El hecho de que tengan pocas calorías las convierte en saciantes por la cantidad en que se pueden ingerir. Pero para hacer frente al deseo de picar, también es muy importante la forma en que las comemos: en fracciones pequeñas o troceadas. Algunos ejemplos son:
- pepinillos, pimientos o cebolletas en vinagre;
- ramas de apio o palitos de zanahoria, etc (ver receta de crudités aquí);
- una manzana sin pelar cortada en pequeños trozos;
- jamón de pavo (95% libre de grasa) o queso sin grasa;
- navajas, almejas o berberechos al natural…